Murió Oscar Ragni, dirigente de la Corriente de Militantes por los Derechos Humanos

Era padre de Oscar Alfredo Ragni, desaparecido durante la dictadura militar, y esposo de Inés, integrante de la filial Neuquén y Alto Valle de Madres de Plaza de Mayo.

Pasó en Neuquen18 de julio de 2024Esmeralda LopezEsmeralda Lopez
oscar ragni

Oscar Ragni, dirigente de la Corriente de Militantes por los Derechos Humanos y padre de Oscar Alfredo Ragni, desaparecido el 23 de diciembre de 1976, murió este jueves en la ciudad de Neuquén. "Con profundo dolor, comunicamos el fallecimiento de nuestro querido Oscar Ragni. Compañero incondicional de Inés –de las Madres– como alguien lo llamó nuestro 'padre de Plaza de Mayo'", informó el comunicado del grupo Por la memoria y compromiso con las Madres y los 30.000.

"Abrazamos con mucho amor a Inés, a María Inés, María Eva y toda la familia. Lo tendremos muy presentes en cada lucha y cada 24 de marzo", lo despidieron desde la organización.

El hijo de Oscar e Inés desapareció cuando salía de su casa en el barrio El Progreso el 23 de diciembre de 1976. Estudiaba arquitectura en La Plata y se encontraba de vacaciones en la ciudad de Neuquén. El joven fue entregado por su primo, Roberto De Caso, quien se desempeñaba como personal civil de inteligencia. De Caso se valió de su condición de familiar para ingresar al comercio que atendía Inés para saber si Oscar estaba en la casa. "Lo invité a tomar un café pero me dijo que estaba apurado, que tenía que ir a otro lugar", acotó. Al rato unos individuos de civil llegaron en un auto y se llevaron a Oscar. Su novia había sido secuestrada el día anterior, en La Plata. De Caso fue procesado por el secuestro de su primo y se convirtió en el primer caso en Neuquén en que un ex agente de inteligencia irá a juicio por señalar el lugar en que se encontraba la víctima.

En 2015, la Cámara Federal de Apelaciones de General Roca resolvió el procesamiento de De Caso como partícipe secundario del secuestro y posterior desaparición del joven neuquino de 21 años.

Oscar junto a Inés no cesaron de saber la verdad sobre lo qué pasó con su hijo aquel 23 de diciembre de 1976. Así lo hizo Oscar a pesar de los contratiempos de salud hasta su muerte. Y ahora, continuará Inés. "No tenemos odio ni queremos venganza, sólo Justicia”, fueron siempre las palabras de Oscar en cada comienzo de los juicios por delitos de lesa humanidad que se realizan desde 2008 en Neuquén donde son juzgados los represores por su accionar durante la última dictadura militar. 
La desaparición de su hijo, llevó a la pareja a ingresar en una etapa de sus vidas que nunca hubieran imaginado. Nunca pudo sobrellevar ese dolor profundo de quien entregó a su hijo era un sobrino, un primo hermano de Oscar Alfredo, que trabajaba para los servicios de inteligencia. 

En una de las audiencias de los juicios en los que prestó declaración ante los jueces, Ragni contó detalles de la búsqueda incesante de su hijo. Durante un tiempo, antes del inicio de la dictadura, trabajó en la cantina del Batallón por lo tanto conocía a varios militares con quienes se reunió y preguntó por el destino de su hijo. Nunca obtuvo respuesta. Por testimonios de otras víctimas de la represión, supo que su hijo estuvo secuestrado en el centro de detención La Escuelita, que funcionó en el fondo del predio perteneciente al Batallón de Ingenieros de Construcción 181 del Ejército.

Desde el año pasado se realiza en Neuquén el octavo juicios por delitos de lesa humanidad, en este caso se juzga al ex juez federal de Neuquén durante la última dictadura cívico militar, Pedro Laurentino Duarte, y el ex fiscal del mismo fuero, Víctor Ortiz, por diversas actuaciones entre 1976 y 1983 denunciadas por sobrevivientes y familiares de detenidos desaparecidos en la región. Un juicio que entró en su última etapa. "Nos preparamos hace 40 años, la audiencia contra el ex juez no empezó ahora, hubo muchas artimañas. Estamos preparados", dijo Oscar en una de las declaraciones anticipadas antes del comienzo de este juicio contra Duarte y Ortíz por su responsabilidad durante la dictadura militar.

En marzo de este año, a pesar de su complejo estado de salud, Oscar Ragni junto a Inés y Lolin Rigoni asistieron a la inspección ocular que se hizo en el predio donde funcionó el mayor centro clandestino de detención y tortura en la provincia de Neuquén en el marco del octavo juicio por delitos de lesa humanidad contra los ex magistrados. En esa oportunidad, Ragni dijo que en el sector inspeccionado, antes de convertirse en La Escuelita, había una edificación que era un establo para caballos. “Los ganchos para atar los animales luego sirvieron para atar a los compañeros detenidos desaparecidos que eran castigados ahì”, sostuvo el hombre. “Yo no quiero irme sin saber lo que pasó, cómo pasó y por qué pasó”, dijo Oscar que llevaba más de la mitad de su vida buscando la verdad y justicia por la desaparición de su hijo. 

“Uno de los mayores delitos que cometieron como administradores de la justicia fue la negación de los habeas corpus que presentábamos los familiares de los desaparecidos”, expresó Ragni sobre el juzgamientos a los exmagistrados. Incluso contó que los funcionarios imputados “querían cobrarnos por los habeas corpus que los familiares de los desaparecidos presentábamos”. “Esperemos que lleguen a juicio porque se ha dejado pasar mucho tiempo, lo que ha promovido la impunidad de quienes cometieron crímenes aberrantes que son imposibles de borrar si no es con justicia”, sostenía Ragni.

“Los desaparecidos no están muertos, están acá, están en todos lados, no hay ley que los pueda matar. No hay justicia sin verdad y la verdad está oculta”, reclamó Ragni, que se despidió de este mundo sin tener respuesta de lo que pasó con su hijo.

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