Sigue la búsqueda de Jesica, la nena que desapareció en el río, en Las Perlas

El operativo de búsqueda de Jesica Antelo Terraza, la niña de 9 años que se lanzó al río Limay para intentar salvar a su hermano Miguel, sigue sin descanso. Tal como estaba previsto, se sumaron más recursos a la labor de rescate. Prefectura Naval y Bomberos de Cinco Saltos se incorporaron con embarcaciones y buzos tácticos, con la esperanza de encontrar a la pequeña, cuyo rastro se perdió cuando fue arrastrada por la corriente.

Por pedido del fiscal de Feria de Cipolletti, Gabriel Llamas, esta mañana el operativo de búsqueda se retomó con la presencia de más embarcaciones y buzos tácticos. A un costado del puente Lembeye, en casi el único lugar con sombra, se armó un gazebo que funciona como base para el equipo de trabajo. En silencio, sentada sobre una piedra y sin perder la mirada del agua, permanece sentada desde muy temprano Mirnan Terraza Guari, la madre de Jesica, quien recibe la contención de un equipo de emergencia del SIEN. A la hora de brindar ayuda, los límites geográficos desaparecen, es que el río no separa, une. 

Jesica estaba junto a su hermano Miguel, de 11 años, cuando ambos decidieron bajar al río para refrescarse, pese a que no contaban con el permiso de su madre. Fue una hermana mayor la que los autorizó. En un momento, el niño comenzó a ser arrastrado por la fuerte corriente. Fue entonces cuando Jesica, con una enorme valentía, se lanzó al agua con la intención de salvarlo. Sin embargo, él logró salir por sus propios medios, pero al girar para buscar a su hermana, ya no la encontró.

En su desesperación, Miguel corrió hasta el puente Lembeye, donde pidió ayuda a la gente que pasaba, llorando y gritando por su hermana. Fue allí donde lo encontraron, angustiado y completamente desorientado. Desde las 19:30 de ayer, Las Perlas vive en un clima de desesperación, mientras se intensifican las tareas de rescate.

El escenario donde se realiza el operativo es extremadamente complejo. La zona ubicada debajo del puente Lembeye, a unos pocos metros de la orilla, presenta una profundidad de aproximadamente 8 metros. Además, la presencia de vegetación abundante y remolinos generados por las columnas del puente dificultan la tarea de los equipos de rescate. A esto se suma la curva del río, que podría haber arrastrado a la niña aguas abajo, hacia áreas más difíciles de acceder.

Aunque la búsqueda se detuvo al caer la noche, durante la madrugada de hoy se llevó a cabo un rastrillaje de la costa en busca de posibles señales, sin obtener resultados positivos. Los equipos de rescate trabajan sin descanso, desplazándose en embarcaciones, motos, bicicletas y a pie. También trabajan los perros adhiestrados de la división canes, que rastrean ambas márgenes del río en busca de pistas.